La forma en que realizamos nuestras actividades hoy en día se encuentra en constante cambio debido al avance tecnológico que se manifiesta en todos los aspectos de la vida cotidiana. Estamos presenciando una constante transformación digital en diferentes ámbitos como: el comercial, financiero y legal. La tecnología y la digitalización de los servicios está cada vez más presente en nuestras vidas.
Impulsada además por la pandemia, la transformación digital que estamos viviendo ha traído consigo muchos cambios, algunos positivos y valiosos para las organizaciones resultando en ventajas competitivas que dotan de agilidad y certidumbre, omnicanalidad, disponibilidad y la reducción de consumibles como el papel. Particularmente, la digitalización de procesos permite tener una gran capacidad de almacenamiento de documentos, además, ayuda a la disminución y optimización de tiempos, así como a la reducción en costos de espacio físico de almacenamiento o de transporte.
Y en términos de oficializar acuerdos, la firma electrónica cobra gran importancia, ya que es uno de los pilares de la transformación digital. Si bien, se le conoce comúnmente como firma electrónica, esto es en realidad un término general pues existen diversos tipos de firmas electrónicas que pueden ir desde una firma manuscrita dibujada digitalmente, hasta la firma digital que utiliza un sistema de criptografía. Esto último genera confidencialidad e integridad del documento firmado y le da validez jurídica a los contratos y acuerdos celebrados por este medio.
Además, la transformación digital nos ha empujado a explorar las opciones para crear una identidad digital, ya que, al crear servicios digitales y remotos, diversas entidades como los bancos, fintechs o e-commerce requieren recabar información personal de sus clientes para asegurarse de contar con la autenticación de estos.
Otra de las necesidades más comunes de estas instituciones es poseer el consentimiento del cliente para poder almacenar sus datos personales, para lo cual se ven en la necesidad de hacer uso de la firma digital dando solución a las dificultades de identificación y expresión del consentimiento dentro del mundo digital. A través de ella una persona puede demostrar ser quien dice ser, por lo tanto, está claro que los medios tecnológicos son reconocidos como herramientas legalmente válidas para expresar consentimiento y celebrar contratos.
En México, actualmente se reconoce que los contratos pueden ser firmados mediante la aplicación de medios electrónicos, siempre y cuando la información sea generada de forma íntegra a través de estos medios para que pueda ser atribuible a las personas obligadas y accesible para su posterior consulta
Al parecer nos encontramos en una fase de normalización después de la crisis generada por la pandemia, sin embargo, no quiere decir que las empresas y organizaciones regresarán a la antigua normalidad, en donde casi todo se realizaba de forma presencial ya que una gran parte de estas se mantendrá en un modelo híbrido (remoto – presencial), lo que conlleva a que la digitalización deje de ser una opción y se convierta en una necesidad creciente de las organizaciones.
No cabe duda de que la firma electrónica es un pilar importante en el que se sostiene la digitalización y en general la transformación digital que estamos viviendo. Es por ello por lo que no debemos olvidar que en la medida en que logremos adaptarnos a medios digitales es la medida en la que nuestras organizaciones y actividades lograrán seguir teniendo impacto.
[1]DocuSign. (2021). La validez jurídica de la firma electrónica. Recuperado de: – https://www.docusign.mx/blog/validez-juridica-de-la-firma-electronica-en-mexico